Hay muchos dichos populares sobre los gatos, como que tienen siete vidas o que siempre caen de pie, pero no son ciertas. Los gatos pueden tener accidentes muy graves si no tenemos cuidado para protegerlos, pues pueden quedar discapacitados o incluso perder la vida.
SÍNDROME DEL GATO PARACAIDISTA: EVITA QUE TU GATO SE CAIGA POR LA VENTANA
Los gatos son muy curiosos y territoriales. Necesitan tener controlado su entorno, incluyendo el exterior de su vivienda. Además, se aburren enseguida si no tienen actividades variadas que realizar en casa, como juegos, sitios donde trepar o personas y animales con los que interactuar.
Mirar por la ventana es una buena distracción para ellos, ya que pueden contemplar lo que pasa en el exterior. Al mirar hacia arriba en cualquier barrio es muy habitual ver gatos sentados en las ventanas controlando el vecindario. Sin embargo, las caídas son muy frecuentes y graves si no se tiene cuidado.
El síndrome del gato paracaidista es el conjunto de lesiones que sufre un gato que cae al vacío desde una gran altura. Un primer piso ya es capaz de causarle lesiones, y cuanta mayor sea la altura, la probabilidad de sufrir lesiones graves o incluso la muerte, aumenta. Las caídas desde un quinto o sexto piso y superiores a menudo son mortales.
Los traumatismos causados por una caída afectan a la cabeza, la columna y las extremidades, generalmente con fracturas. Algunas fracturas muy típicas del síndrome del gato paracaidista son las de la mandíbula y las del paladar. El tórax y el abdomen también se ven afectados; los órganos que más riesgo tienen de lesionarse son los pulmones, el hígado y el bazo, causando hemorragias internas.
A pesar de que los gatos son ágiles, son capaces de saltar y realizar asombrosas acrobacias, si están delante de una ventana abierta pueden resbalarse, perder el equilibrio, desconcentrarse o asustarse por un ruido, un golpe de viento o cualquier movimiento inesperado (un ave volando, una hoja en movimiento) y caerse.
Al no tener delante una superficie bien visible para poder calcular con precisión el aterrizaje, no saben calcular que debajo hay una gran altura, y se precipitan. A partir de un segundo piso no son capaces de ajustar la posición de su cuerpo y el golpe causa lesiones muy graves. Además, durante la caída pueden golpearse contra objetos que haya en la trayectoria (cuerdas de tender la ropa, ramas de árboles, el alféizar de las ventanas inferiores), aumentando los daños.
Si tienes la ventana de tu casa abierta y no encuentras a tu gato en casa, lo más probable es que se haya caído. Lo primero que tendrás que hacer es encontrarlo, así que cierra todas las ventanas de tu casa y todas las puertas para acotar cada habitación. Busca bien en cada rincón y debajo de cada mueble para asegurarte de que no está en casa.
Búscalo en la calle por si está lesionado. Si ha sufrido alguna fractura grave y no se puede mover, lo encontrarás debajo de la ventana. Algunos gatos todavía pueden moverse después de caerse, pero están tan asustados que se esconden en las cercanías, así que mira debajo de la vegetación, de los coches y del mobiliario urbano cercano por si está ahí.
Hay gatos que no se hacen mucho daño al caer, pero solo por el susto del accidente salen huyendo y pueden estar desaparecidos durante dos o tres días. Si tu gato se aleja de casa porque se asusta y se pierde tendrás que buscarlo por los alrededores. Sal a llamarlo a las horas más tranquilas, especialmente al anochecer y al amanecer evitando las horas de los paseos de los perros. Deja cerca de casa objetos con un olor familiar, como prendas de ropa o arena usada de su bandeja, que puedes cambiar cada dos o tres días. Coloca carteles por el vecindario, avisa a los vecinos y a los comercios y clínicas veterinarias de la zona dejando tu teléfono para que te avisen si lo encuentran. Recuerda que identificarlo con un microchip es obligatorio para todos los felinos desde que entra en vigor la “Ley de Protección Animal”, aunque sea un gato que viven en el interior de casa, y que ayudará a localizarte si una persona lo encuentra y lo lleva a un veterinario.
La caída de un gato por una ventana es una emergencia veterinaria. Cuando recojas a tu gato, trata de no moverlo demasiado. Colócalo sobre una manta pequeña, mételo en su transportín y acude rápidamente a tu veterinario. Si tiene mucho dolor es posible que se muestre agresivo, así que actúa con calma y suavidad. Si tienes que capturarlo, puedes echarle por encima una manta o una sábana para evitar que vea por dónde escapar, y así podrás cogerlo para meterlo en el transportín. Si tienes dudas, llama a la clínica veterinaria para que te ayuden.
En todos los hogares nos gusta abrir las ventanas para ventilar y que entre aire fresco, especialmente cuando hace calor. Mantener las ventanas cerradas de forma permanente no es la mejor idea, ya que en algún momento alguien abrirá una sin darse cuenta o se necesitará ventilar, y en un descuido tu gato puede saltar por ella.
Algunas personas dejan salir a sus gatos al balcón bajo supervisión. Esta tampoco es una buena idea, ya que si ocurre algo inesperado como un ave que pasa volando o una hoja que pasa arrastrada por el viento puede precipitar que el gato salte en un instante sin que dé tiempo a reaccionar.
La opción más adecuada es instalar mallas protectoras en las ventanas y los balcones, que permiten que los gatos se puedan asomar o salir, pero que no dejan que salten por ellos. Se encuentran en tiendas especializadas y son resistentes y fáciles de colocar sin tener que hacer obras ni perforaciones.
Por último, esterilizar a los gatos también es una medida preventiva de las caídas, ya que evita que estén pendientes de buscar pareja en la época de celo