Los gatos son animales muy curiosos a los que les encanta explorar su entorno. Esto hace que muchas veces entren en contacto con sustancias tóxicas si se las meten en la boca para tratar de saber qué son. Además, los gatos son cazadores por naturaleza y si están habituados a salir al exterior, pueden entrar en contacto con animales que a su vez hayan estado en contacto con tóxicos. Conocer los riesgos y las intoxicaciones más frecuentes te ayudará a prevenirlas y a actuar de la mejor manera posible en el caso de que tu gato sufra una intoxicación
Conoce las intoxicaciones más frecuentes en gatos: más vale prevenir
Evitar las sustancias tóxicas, o identificar una intoxicación a tiempo, puede salvar la vida de tu gato. Por eso, es vital que sepas dónde están los principales riesgos y cómo se pueden evitar.
A veces, las intoxicaciones son accidentales porque los gatos tienen acceso a sustancias nocivas, bien porque no sabemos que lo son y están a su alcance sin querer, o porque hemos tenido un descuido. Otras veces, las intoxicaciones se deben a una acción intencionada, es decir, alguien les ha dado una sustancia venenosa. Esto es motivo de delito y estamos hablando de un envenenamiento.
En cualquier situación, es fundamental localizar la sustancia para saber cuál es el mejor tratamiento, si se puede neutralizar el tóxico, y qué alcance ha podido tener en el organismo. A veces no es posible saberlo, especialmente si el gato intoxicado ha estado vagando por el exterior y no se puede encontrar el origen.
Para intentar prevenir en la medida de lo posible las intoxicaciones de tu gato, conviene que sepas dónde están los principales peligros:
- En el garaje suele haber productos que pueden provocar intoxicaciones potencialmente mortales, como los anticongelantes para motores.
- Comprueba que en el jardín estén convenientemente guardados los fertilizantes, abonos y productos para piscinas.
- En el interior del hogar, deja fuera del alcance de tu gato todos los productos de limpieza y los ambientadores.
- Revisa las plantas de tu casa, tanto las del interior como las del jardín. Hay multitud de plantas que son venenosas para los gatos.
- Ten mucho cuidado con los alimentos, ya que hay algunos que son inocuos para las personas, pero muy peligrosos para los gatos.
- Pon a buen recaudo todos los medicamentos de tu botiquín: algunos destinados a las personas pueden llegar a ser mortales.
- Si tu gato tiene acceso al exterior, es muy peligroso que pueda entrar en contacto con plaguicidas en zonas donde se fumiga, se echan herbicidas o venenos para roedores. Otra intoxicación muy común es la que se produce si cazan pequeñas presas que han comido veneno y están debilitadas, por lo que tu gato ingiere también el veneno y se puede intoxicar. En la medida de lo posible, si tu gato sale, trata de controlar los sitios a los que puede llegar para evitar accidentes.
- Los insecticidas también son un riesgo potencial, como los que se aplican contra las pulgas y las garrapatas. Lo ideal es que le apliques productos registrados para gatos, en la dosis y la forma que te indique tu veterinario. Si empleas una pipeta, aplícala en un sitio donde no pueda llegar a lamerse, ya que la absorción por la piel es segura, pero es peligrosa por la boca. También puede ser arriesgado si le chupa otro gato, o si le has puesto la pipeta a tu perro, y tu gato se acerca y lame la zona. Ten cuidado con los collares o los rociadores antipulgas: usa solo los adecuados para gatos que te recomiende tu veterinario.
Las intoxicaciones más frecuentes, y algunas de las más peligrosas, que suceden en los gatos, son estas:
- Administración errónea de medicamentos para personas. Aunque se haga con la mejor voluntad, automedicar a tu gato es una mala idea. Muchos medicamentos humanos de uso común son tóxicos, incluso mortales, para los gatos, como el ibuprofeno, el paracetamol o la aspirina. Si tu gato se pone enfermo, acude siempre al veterinario antes de darle nada que tengas en casa. Guarda a buen recaudo todos los medicamentos que tengas en casa y nunca te descuides dejando nada a su alcance, ni siquiera una pastilla que se caiga por accidente al suelo.
- Alimentos inadecuados para los gatos. Hay muchos alimentos que son venenosos para los gatos, como el chocolate, las uvas, las pasas, las cebollas y los ajos, los aguacates y el edulcorante artificial xilitol que se encuentra presente en muchos elaborados. Si quieres darle a tu gato algún alimento que no sea el suyo habitual, consulta siempre con tu veterinario.
- Ingestión de plantas venenosas. Las plantas de interior y de jardín pueden ser venenosas, especialmente los lirios, las flores con bulbo, las cícadas (una especie de palmera), la flor de Pascua, y muchas otras. Consulta con tu veterinario cuáles son las plantas más seguras que puedes tener en casa.
- Productos químicos. Como hemos visto, si tienen acceso a plaguicidas, insecticidas, productos de limpieza, del garaje, del jardín, etc., pueden intoxicarse de una gran variedad de formas, así que es muy importante mantener cualquier sustancia fuera del alcance de tu gato.
Los síntomas de las intoxicaciones son muy variados y la mayoría de las veces no son característicos de una en concreto. En ocasiones, es difícil darse cuenta de que un gato está intoxicado hasta que es demasiado tarde, pero puedes sospechar que le está pasando algo si tu gato muestra signos como estos:
- Camina de una forma anormal, se tambalea, tiene temblores, o no quiere moverse.
- Está inusualmente nervioso o incluso agresivo.
- Está aletargado, demasiado tranquilo o duerme demasiado tiempo.
- Babea o echa espuma por la boca.
- Vomita, tiene diarrea o no quiere comer.
- Respira muy deprisa o jadea.
En cuanto notes algo anormal, acude a tu veterinario cuanto antes. Incluso si tu gato está perfectamente, pero sospechas o has visto que ha tenido contacto con una sustancia venenosa, ve cuanto antes a la clínica. Una intoxicación siempre es una urgencia veterinaria que se debe tratar enseguida.